Dios habla por Jesucristo
Dios habla por Jesucristo
Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo; el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas, hecho tanto superior a los ángeles, cuanto heredó más excelente nombre que ellos.
Hebreos 1:1-4
Dice la Palabra, que Dios habló desde la antigüedad muchas veces y de muchas maneras, por medio de hombres de Dios, pero en estos últimos tiempos nos ha hablado mediante nuestro Señor Jesucristo; por la obra redentora de su Hijo.
Este mensaje es apropiado para escuchar en este tiempo. El mensaje de la Palabra de Dios, el evangelio, que quiere decir "buenas nuevas" y se refiere a las buenas noticias de Dios para el ser humano, es el anuncio de que en Cristo hay salvación. Dios envió a su Hijo amado a esta tierra, a Jesucristo, para que a través de su obra redentora en la cruz, cada uno de nosotros pueda encontrar la salvación de nuestras almas.
Tal vez, el que no conoce la Palabra de Dios, no pueda interpretar o saber de qué manera nos habla Dios, pero dice la Biblia que Él nos ha hablado por medio del sacrificio perfecto de Cristo Jesús en la cruz del Calvario. Dios nos habla a través de Jesucristo. Creo que en estos postreros días el mensaje de Jesucristo se ha difundido y se difunde en todo el mundo. Y también dice la Palabra, que no podemos encontrar salvación fuera de Cristo, fuera del mensaje de salvación a través de la obra redentora del Señor.
El común de la gente conoce el dicho que dice: «todos los caminos llevan a Roma» expresión que da a entender que cualquier camino que podamos tomar nos lleva a Dios. Sin embargo, la Palabra de Dios nos dice que hay un solo camino que nos puede conducir a Dios y a la vida eterna, y este camino es Jesucristo. Él mismo dijo: «Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre (nadie puede llegar a la presencia de Dios), sino por mí.» Y ,evidentemente, éste es el mensaje que el Señor nos ha dejado, porque en este tiempo Dios nos Hijo.
En la antigüedad Dios había hablado por los profetas, puesto que todavía no había venido el Señor; pero ahora la obra se muestra completa y perfecta para que podamos encontrar la bendición de Dios para nuestras vidas. Por eso es importante que abramos el corazón al mensaje de Dios, porque Él mismo nos llama; el que nos habla por su Palabra, es el Señor; para que podamos recibir la bendición, la salvación de nuestras almas, y todo lo que Él nos ha preparado y comprado a precio de sangre allí en la cruz del Calvario. ¡Qué podamos abrir el corazón al En una oportunidad, Jesucristo dijo: «Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.» Qué hermoso es poder acercarnos al Señor, acceder al llamado de Dios para recibir el verdadero descanso; no el descanso físico, sino el descanso espiritual. ¿Cuántos jóvenes hay, que tienen fortaleza física, y sin embargo están agotados? Los problemas, las dificultades, las situaciones que van llegando a nuestras vidas, parece que van agotando nuestras fuerzas; pero en Cristo tenemos la fortaleza de nuestra alma. En Él tenemos la salvación, en Él podemos encontrar la bendición de Dios para nuestra vida. Por eso es tan necesario que podamos abrir el corazón en la presencia de Dios y recibir la bendición que Él tiene para cada uno de El ser humano, de una u otra forma busca una bendición; y muchas veces lo hace equivocadamente empleando recursos, yendo a ciertos lugares o al encuentro de ciertas personas, nada de lo cual realmente lo puede ayudar. Pero qué diferente es cuando buscamos en el Señor; qué diferente cuando podemos escuchar el mensaje del Señor, y abrir el corazón a la Palabra de Dios. Allí es cuando encontramos la verdadera bendición para nuestra vida. Solamente Jesucristo puede salvar nuestras almas; no hay otro Salvador.
Dice la Palabra que «en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos». El único nombre, es el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Es el nombre en el cual hemos encontrado la salvación; a través del cual hemos encontrado aún la salud de nuestro cuerpo y la paz para nuestra alma necesitada; hemos Bien dice el mismo Jesús: «Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres»y también: «Si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.» Pero los que escucharon estas palabras, en aquel entonces, le dijeron: «Jamás hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: Seréis libres?» Y el Señor les dijo:» De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado,esclavo es del pecado». Jesús vino para librar nuestras almas de la esclavitud del pecado y para darnos la verdadera libertad, de manera que podamos vivir una vida de bendición en la presencia Es muy importante que nuestra actitud hacia el mensaje de Dios para nuestra vida, pueda realmente ser una actitud abierta; reconocer nuestra necesidad de Dios y permitir que el Señor obre en nuestras vidas. En estos últimos tiempos, Dios nos está hablando a través de su Hijo, y nosotros debemos abrir el corazón para recibir a Cristo como nuestro Salvador personal.
Debemos abrir nuestra vida en la presencia de Dios y recibir lo que realmente estamos La humanidad tiene muchas necesidades, y tal vez podemos enunciar cada uno de los problemas, con una definición de este mundo, pero la verdadera necesidad que el ser humano tiene, es la de conocer a Dios; es la necesidad de recibir a Cristo en el corazón. Él es la fuente de toda bendición. Cuando una persona se acerca al Señor, y le da lugar en su vida, Él empieza a colmar esa vida de bendición y de todas aquellas cosas que son necesarias: «Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas». Debemos buscar primero a Dios, y todas las demás cosas vendrán a nuestra vida por añadidura, porque el Señor nos ama y nos bendice. Esto también lo expresa el Salmo 103: «Él es quien perdona todas tus iniquidades, El que sana todas tus dolencias; El que rescata del hoyo tu vida, El que te corona de favores y misericordias; El que sacia de bien tu boca De modo que te rejuvenezcas como el águila».
Quisiera que en este momento usted pueda abrir su corazón a la Palabra de Dios, y que reciba a Cristo en su vida. Que reciba la bendición y la salvación que el Señor tiene preparada para usted. ¿Está dispuesto a recibir al Señor en su corazón? Si lo quiere hacer, repita conmigo esta sencilla Padre nuestro, yo te doy gracias por haber recibido tu Palabra. Yo creo que soy pecador, pero te pido perdón, ten misericordia de mí y perdona todos mis pecados. Yo acepto de todo corazón a Jesucristo como mi Salvador personal. Te pido que me libres de todo mal, de toda tentación, que me prosperes en todo, y que me des salud. Bendice mi casa y salva a toda mi familia. Yo te doy gracias por esta salvación tan grande. ¡Amen!