La Palabra de Dios nuestra Meditación
La Palabra de Dios nuestra Meditación
SALMO 119
- Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino.
Es una luz que ilumina el camino por donde andamos, nuestro sendero. Vivimos en un mundo de tinieblas donde prevalece la oscuridad. Nosotros tenemos la Palabra de Dios que va alumbrando nuestro camino y nos muestra por donde debemos caminar. No andamos a tientas como anda el mundo, en la oscuridad sin saber para adónde vamos. El Señor ha iluminado nuestra vida, haciendo resplandecer su luz sobre nosotros. ¡Que el Señor nos ayude a encontrar en su Palabra esa luz que ilumina el camino por el que debemos andar! y comprender que siempre la Biblia nos va a indicar el camino correcto
- Jure y ratifique que guardare tus justos juicios
El salmista había tomado la decisión. ¿Usted ha tomado la decisión de guardar la palabra de Dios? Esto es una decisión personal de todo cristiano, porque si no es consciente de esto y lee o escucha cada tanto la Palabra, el Señor le hablará cada tanto. Pero el Señor quiere hablarnos a través de su Palabra todos los días. En el versículo 97 dice el salmista “Todo el día es ella mi meditación”. Si el Señor no nos habló ayer, no nos indicó el camino a seguir, no nos reveló, entonces habrá que preguntarse ¿qué hicimos ayer? Seguramente no hemos dedicado tiempo para estar con el Señor. Y que importante, estar dispuestos a obedecer su Palabra.
- Afligido estoy en gran manera; Vivifícame, oh Jehová, conforme a tu palabra.
En medio de las aflicciones sabemos que el Señor nos vivifica a través del poder de Su Palabra. Porque la palabra de Dios es poder. Por medio de su palabra el Señor hizo todo lo que vemos de lo que no existía. El Señor dijo y fue hecho. Dijo la palabra y fue creado. ¡Hay poder en la palabra de Dios! Satanás vino a tentar a Jesús y Él lo resistió con la Palabra. Le dijo: ¡Satanás escrito está! Y lo venció.
Muchas veces pensamos que el poder es como una influencia que viene a nuestro corazón, pero no es así, es un poder que viene a través de Su Palabra, por medio del Espíritu Santo. Cuando vemos los milagros de Jesús vemos que con la palabra sanó a todos los enfermos para que se cumpliese lo que estaba dicho por el profeta Isaías. Lo que se cumple es lo que está escrito en la palabra del Señor. Es palabra de Dios y de poder. Palabra que da vida y vida en abundancia. Cuando Lázaro estaba en el sepulcro, el Señor pronuncio la palabra: ¡Lázaro ven fuera! Penetró la profundidad del sepulcro y Lázaro salió vivo. ¿Se anima a creer en el poder de la palabra del Señor?
- Te ruego, oh Jehová, que te sean agradables los sacrificios voluntarios de mi boca, Y me enseñes tus juicios.
Aquí habla de los sacrificios voluntarios de su boca, nos hace acordar al texto de Hebreos 13:15 que dice que es necesario que ofrezcamos siempre a Dios sacrificios de alabanzas, frutos de labios que confiesan el nombre del Señor. Son los sacrificios que Dios quiere. Él no quiere sacrificios cruentos. Quiere corazones quebrantados, vidas humilladas en su presencia, alabando y glorificando el nombre del Señor. Publicando su grandeza.
- Mi vida esta de continuo en peligro, Mas no me he olvidado de tu ley.
Todos estamos en peligro. Vivimos en un tiempo que es más peligroso que ningún otro. Pero no nos olvidamos de la palabra de Dios que va con nosotros. Aun en medio de las dificultades y los peligros de este mundo, la Palabra de Dios nos fortalece. Es la que nos da la fuerza y la seguridad para estar firmes. La palabra de Dios es la que nos libra de todos los temores. ¡Que Dios nos ayude a confiar en este poder! Es un mundo caótico, lleno de riesgos, de inseguridad, pero confiamos en la Palabra del Señor, no nos olvidemos de ella. Algunos pueden decir que tienen poca memoria. Pero no se trata de memoria. Si la palabra entra en el corazón, allí no es la memoria la que funcionará, sino que será como un tesoro donde se guardará esa palabra y en el momento oportuno, cuando más la necesitamos, cuando estamos en una situación difícil, cuando estamos pasando alguna adversidad, nos viene la palabra: ¡No temas porque yo estoy contigo, no desmayes porque yo soy tu Dios que te esfuerzo. Siempre te ayudare. Siempre te sustentare con la diestra de mi justicia. No temas yo te ayudo. Soy el que te sostiene de tu mano derecha! El espíritu nos revela que el Señor está con nosotros en todo tiempo. ¡Aleluya!
- Me pusieron lazo los impíos, Pero yo no me desvié de tus mandamientos.
Me quisieron hacer caer en la trampa, pero no caí. Dice la Biblia caerán a tu lado mil y diez mil a tu diestra más a ti no llegará. Él te librará del lazo del cazador ¿Quién es el cazador? ¡Es el diablo! El Señor nos va a proteger, es la bendición que necesitamos sobre nuestra vida en forma permanente y aunque nos pongan lazo o trampas, el Señor lo librará siempre.
- Por heredad he tomado tus testimonios para siempre, Porque son el gozo de mi corazón.
Es una herencia, un tesoro, una riqueza incalculable e incomparable que nos va a acompañar toda la vida. Los testimonios, los juicios, los preceptos, los consejos, los mandamientos de Dios son el gozo de nuestro corazón. ¡Que hermoso esto!
- Mi corazón incliné a cumplir tus estatutos. De continuo, hasta el fin.
No de vez en cuando, sino dice de continuo para que se entienda mejor, he inclinado mi corazón a cumplir tus estatutos. ¿Hacia dónde está inclinado nuestro corazón? ¿Está inclinado a cumplir los estatutos, a cumplir la palabra de Dios? ¡Ojalá que así sea! La inclinación natural del ser humano es a hacer lo malo, pero el Señor nos dio una nueva naturaleza. Dice el apóstol Pedro: Nos hizo participantes de su naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo y ahora nuestro corazón en vez de estar inclinado hacia el mal, está inclinado a guardar los estatutos y los mandamientos del Señor, a anhelar y desear que se cumpla la palabra de Dios en nuestra vida y de esta manera poder vivir en Su bendición, de continuo y hasta el fin. Hasta que nos toque partir o hasta cuando el Señor nos venga a buscar. Lo que sea primero. No lo sabemos, no hay una fecha, pero tenemos que estar preparados porque nuestro futuro está en las manos de Dios. Y nuestra vida estará en la presencia de Dios por siempre. Nada nos podrá separar del Señor. Como dice Pablo: Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro. Romanos 8:38-39
¡Démosle gloria al Señor! ¡Gracias por su Palabra!